Desde tiempos remotos, el ser humano ha sido un viajero. Cada nuevo viaje es un tesoro hacia lo que no conocemos, una posibilidad abierta de conocernos a nosotros mismos desde una perspectiva diferente y dinámica.
Esta es una de las razones por las cuales KiM se ha llevado a cabo en locaciones especiales del planeta. Estas locaciones tienen ciertas características geográficas, culturales, étnicas y espirituales que contribuyen a realizar este Viaje Profundo. Por espiritual nos referimos esencialmente a la capacidad humana de trascender el anillo del ego personal siendo más conscientes y amables con nosotros mismos y a la vez capaces de vivenciar la “interconexión” de los fenómenos que constituyen la Realidad que nos acoge. Al abandonar nuestra tendencia a las rutinas mecánicas, el incesante ruido de las urbes y de nuestras mentes, nos permitimos acceder a una experiencia única y potencial de nuestra creatividad artística y humana.